En un giro dramático e inesperado, el caso del famoso rapero Canserbero, cuya muerte conmocionó a sus seguidores en 2015, ha sido reabierto, revelando detalles impactantes y errores críticos en la investigación inicial. La figura central de este escándalo es Natalia Améstica, quien fuera la mánager del artista, y ahora se encuentra en el ojo del huracán tras su confesión de haber estado involucrada en su muerte y la de Carlos Molnar.
El caso, que inicialmente fue clasificado como un suicidio, ha dado un vuelco total. Según la confesión de Améstica, difundida ampliamente en redes sociales, ella recurrió a su hermano Guillermo y a funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional para encubrir lo que realmente sucedió aquella fatídica noche. Este testimonio contradice la versión inicial de los hechos, donde se sugería que Canserbero, cuyo nombre real era Tirone José González, se había quitado la vida tras asesinar a Molnar.
La reapertura del caso, que se produjo el pasado 11 de noviembre, ha sacado a la luz detalles perturbadores. La investigación apunta ahora a que Canserbero fue víctima de un apuñalamiento previo a su caída, y a que las heridas encontradas en su cuerpo no concuerdan con las circunstancias de su muerte. Estos hechos han puesto en entredicho la labor del Ministerio Público y han revelado errores significativos en las diligencias iniciales.
Además de Améstica y su hermano, hay otros detenidos en el caso, incluyendo a varios funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), lo que evidencia la profundidad y complejidad del encubrimiento. El caso también ha levantado sospechas sobre la labor de la patóloga Solangela Mendoza, quien realizó las autopsias originales y no reportó lesiones cruciales en los cuerpos.
Este caso ha generado una ola de reacciones entre los seguidores de la música y la opinión pública, no solo por la figura icónica que era Canserbero, sino también por las implicaciones que tiene sobre la integridad y eficacia de los órganos investigativos. La confesión de Améstica ha abierto una caja de Pandora, sacando a la luz una trama de corrupción, encubrimiento y negligencia que ha sacudido los cimientos del sistema judicial.