En un día marcado por la nostalgia y el recuerdo, el mundo del espectáculo chileno lamenta profundamente el fallecimiento de Carmen Barros, una figura emblemática que dejó una huella indeleble en la actuación y la música nacional. A los 98 años, Barros se despidió "mientras dormía plácidamente y rodeada de sus seres más cercanos", según informó Chileactores a través de sus plataformas digitales.
Desde sus primeros años, Carmen Barros demostró una inclinación innata hacia las artes. Se dice que aprendió a cantar antes que a hablar, y con el apoyo incondicional de sus padres, su talento floreció rápidamente. Antes de cumplir los seis años, ya estaba inmersa en estudios de piano, y poco después, se sumergió en el canto lírico. Su música la llevó a trascender fronteras, resonando en escenarios desde Chile hasta la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, pasando por Austria, Nairobi y Roma, dejando una estela de admiración y aplausos.
Su incursión en el teatro fue igualmente destacada. Luis Alberto Heiremans, reconocido dramaturgo, la eligió para protagonizar "Esta señorita Trini", la primera comedia musical chilena que se convirtió en un fenómeno de taquilla. Fue sobre las tablas donde Carmen Barros descubrió su amor por la actuación, consolidando así una carrera multifacética que la mantuvo activa y apasionada hasta el último de sus días. Uno de sus papeles más memorables fue como Carmela en "La pérgola de las flores", una obra que ha dejado una marca imborrable en la historia del teatro nacional.
Para aquellos que deseen rendirle homenaje, se ha organizado un velorio que se llevará a cabo este viernes 22, a partir de las 9:30 horas, en el Teatro Oriente, situado en Pedro de Valdivia 099, Providencia, un espacio que seguramente se llenará de admiradores y colegas para despedir a esta inigualable artista.