Por unanimidad de 43 votos, la sala del Senado despachó a tercer trámite el proyecto que elimina el impedimento para la mujer de volver a casarse inmediatamente disuelto el primer matrimonio.
La norma actual data del Chile del siglo XIX y ordena que las mujeres no pueden volver a casarse sino hasta 270 días después de su divorcio, para así “no perjudicar” al nuevo esposo, al garantizar que la novia no esté embarazada.
Los senadores respaldaron el informe emitido por la Comisión de Constitución, donde se sometieron a votación indicaciones para mejorar el texto.
Con este resultado, la propuesta va a la Cámara de Diputadas y Diputados, donde deberán analizar los cambios establecidos en el Senado. De apoyarse las indicaciones, el proyecto estará en condiciones de transformarse en ley.
Durante el debate, todos los congresistas hicieron ver la pertinencia de la propuesta, considerando que han pasado más de 160 años desde que se consignó el impedimiento de contraer segundas nupcias por parte de las mujeres.
Asimismo, se recordaron otros proyectos de la agenda de género, abogando por seguir generando normas que terminen con esta discriminación.
El nuevo texto legal, que ahora pasa a tercer trámite, establece que “si la mujer contrae sucesivamente dos matrimonios y da a luz un niño después de celebrado el segundo, se presumirá hijo del actual marido, cualquiera sea el plazo que haya transcurrido desde la disolución del primer matrimonio, sin perjuicio del derecho del actual marido para desconocer esta paternidad si se dan los supuestos previstos en el inciso segundo”.
“Desconocida así la paternidad -agrega-, se presumirá padre al marido del antecedente matrimonio siempre que el niño haya nacido dentro de los trescientos días desde su disolución”.
Lo anterior también se aplicará tratándose de acuerdos de unión civil sucesivos, de matrimonio seguido de acuerdo de unión civil y de acuerdo de unión civil seguido de matrimonio.
En el debate, la senadora Luz Ebensperger (UDI) calificó la iniciativa como “un buen proyecto porque concuerda el derecho de las mujeres a no ser discriminada y el derecho de los niños a conocer a sus padres biológicos. Terminamos con una norma retrógrada que se aplicaba cuando no habían las pruebas de ADN”.
Marcela Sabat (RN), en tanto, comentó que “parece irrisorio mantener esta norma. Han marchado las mujeres porque se las deje de violentar. Esta es otra forma de violencia como es el machismo. En esta sociedad aún se cree que los hombres pueden controlar la vida de sus parejas”.
En tanto, Francisco Huenchumilla hizo notar que “en las familias de hecho, en la sociedad después de la colonia, había muchos ‘huachos’, como se les decía, y había interés en conocer la paternidad de esos niños y como no había medios para precisarlo, surgen estas normas”.
“Este proyecto está en el marco de la agenda de género. Esto es un resabio de la cultura patriarcal. Nuestro Código Civil establece impedimentos a las mujeres que quieren contraer un nuevo vínculo. Acá se corrige aquello”, añadió Yasna Provoste (DC).