Los resultados electorales siempre son interpretables, y en esta columna presentaré mi análisis. Lo primero que debemos reconocer es el posicionamiento y consolidación del Partido Republicano. Su trabajo los llevó a la segunda vuelta presidencial en 2021 con José Antonio Kast, manteniendo un relato que, hasta la fecha, no ha variado y que, creo, ha ganado el respeto del electorado. En mayo de 2023, en Antofagasta, la ciudadanía eligió a dos candidatos republicanos en la elección del Consejo Constitucional, y en las elecciones del fin de semana pasado, los resultados fueron igualmente reveladores.
Por un lado, Sacha Razmilic, de Evópoli, tuvo un resultado sólido y contundente en su candidatura a la alcaldía de Antofagasta. Por otro lado, aunque el candidato a alcalde de republicanos, Roberto Soto, obtuvo el cuarto lugar, mejoró su desempeño respecto a su candidatura previa por Chile Vamos. En cuanto a Carlo Arqueros, candidato republicano a gobernador, quedó detrás de Carlos Cantero, pero el análisis del apoyo republicano no debe limitarse solo a estos resultados. En la elección de CORE y concejales, la ciudadanía mostró su preferencia por la lista del partido fundado por José Antonio Kast, consolidando así su avance en la región.
Considero que los partidos tradicionales de derecha deberían abrir sus puertas y dar la bienvenida al Partido Republicano en lugar de verlo como un ente divisor. Los resultados demuestran que los republicanos se han consolidado como protagonistas con un discurso coherente y creíble en el tiempo. En Antofagasta, por la próxima elección de gobernador regional, en lugar de dispersarse o considerar el apoyo a candidatos de izquierda como el actual gobernador Ricardo Díaz o la exministra Marcela Hernando, el verdadero desafío es construir una base sólida para un gran conglomerado de centroderecha.
Este bloque podría integrar al Partido Republicano, el Partido Social Cristiano, el Partido Demócratas —que, a pesar de ser su primera elección, si consideramos los votos conseguidos por los candidatos a CORE, en la región superó al Frente Amplio, al Partido Radical y al Partido Social Cristiano—, junto con Amarillos, Chile Vamos e incluso el Partido de la Gente.
Para consolidar un bloque que defienda la libertad, el empleo, el emprendimiento y la seguridad, es fundamental reconocer la oportunidad de unificar fuerzas políticas que, hasta ahora, han permanecido separadas por cálculos subjetivos y falta de integración. Estas divisiones impiden que se forme una alianza fuerte que realmente represente el mandato que el electorado viene manifestando elección tras elección.
Es claro que el electorado está enviando un mensaje: existe una demanda genuina de un bloque que defienda los valores mencionados y que trabaje por un país próspero y seguro. Para responder a esta necesidad, los partidos y movimientos con idearios afines deben priorizar la unidad, dejando de lado diferencias estratégicas y construyendo una plataforma común que sume voluntades.
Marcelo Rocha Muñoz
MBA - Ingeniero Comercial